Los errores más grandes en los planes estratégicos.

El plan estratégico es un programa de actuación que consiste en aclarar lo que pretendemos conseguir y cómo nos proponemos conseguirlo. Esta programación se plasma en un documento de consenso donde concretamos las grandes decisiones que van a orientar nuestra marcha hacia la gestión excelente. Su objetivo es trazar un mapa de la organización, que nos señale los pasos para alcanzar nuestra visión y convertir los proyectos en acciones (tendencias, metas, objetivos, reglas, verificación y resultados).

Los planes estratégicos bien hechos, son dispositivos excelentes para guiar y dirigir la estrategia de una organización durante los próximos años. Sin embargo, muchos planes estratégicos no se hacen tan bien en absoluto.

A continuación, te compartimos los errores más grandes que cometen tanto los gestores del área como consultores, al redactar planes sus estratégicos:

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El plan estratégico no es concreto:

El primer error encontrado es que el plan estratégico carece de claridad y concreción. Muchos son fragmentos de texto bastante esponjosos que utilizan un "lenguaje estratégico" abstracto y cifras y tendencias generales. Pero nunca explican de manera concreta cuál es la estrategia real que prevé la organización. Como resultado, dejan al lector preguntándose qué se quiere decir exactamente con todas las impresionantes palabras.

El plan estratégico no es distintivo:

Ser concreto no es suficiente. Un buen plan estratégico también es distintivo. No refiriéndonos a distintivo en comparación con la competencia, sino a que el plan debe explicar claramente cómo la nueva estrategia es diferente de lo que la organización ya está haciendo hoy. Se debe señalar dónde y cómo la nueva estrategia se desvía de la estrategia anterior o de lo que la organización está haciendo hoy.

El plan estratégico no es coherente:

Regularmente los planes estratégicos es que carecen de coherencia. Contienen muchas ideas diferentes que pueden ser útiles en sí mismas, pero que no se suman a un todo coherente. O, al menos, no se muestra cómo encajan estos diversos elementos. El resultado es sentirse perdido y abrumado al leer el plan.

El plan estratégico no es convincente:

Cuando se resuelven los tres errores anteriores, la gente puede comprender lo que se quiere decir, ver en qué se diferencia de hoy y comprender cómo encaja todo. En comparación con el plan promedio, este es un paso adelante sustancial. Los planes estratégicos deben convencer a las personas de la importancia y el significado de la estrategia y de por qué se toman ciertas decisiones y no otras.

El plan estratégico no es procesable:

No significa que el plan deba contener una planificación detallada del proyecto para los próximos tres a cinco años. Pero, procesable significa que el plan detalla claramente lo que se necesita para realizar la estrategia de manera efectiva, por ejemplo, en una hoja de ruta. Esto incluye al menos definir qué se necesitará en términos de recursos y personas, y qué acciones o intervenciones principales se necesitan.

Cuando se evitan estos errores, existe un plan estratégico que es concreto, distintivo, coherente, convincente y procesable. Es este tipo de planes estratégicos son los que pueden estar a la altura de las altas expectativas de décadas que existen sobre una estrategia escrita. Dicho plan estratégico es un dispositivo valioso que puede proporcionar a una organización enfoque y dirección durante los próximos dos años.


Me despido, mi nombre es Cuitláhuac Zurita y soy Headhunter X.


Cuitláhuac ZuritaComentario