10 Reglas Útiles para Tener Mejores Conversaciones
En la era de la tecnología y la comunicación instantánea, el arte de mantener conversaciones significativas enfrenta nuevos desafíos. Atrás quedaron los días en que la única distracción era el entorno inmediato. La tecnología, sin duda, ha transformado nuestra manera de interactuar, pero no debe ser un obstáculo para el respeto y la atención plena hacia nuestros interlocutores.
Muchas veces es más fácil enviar un mensaje de texto que hablar directamente con las personas, incluso a través de video llamadas. En un momento donde quizá existe mayor división y discrepancia en los diversos argumentos que las personas o culturas tienen, debemos buscar la manera de conectar con la otra parte, aunque esto ya no implique ver directamente a los ojos, pero sí directamente a la cámara.
La capacidad de conversar, de realmente conectar con otros, ya sea en persona o a través de una pantalla, es una habilidad que se está diluyendo en el ruido de la información constante. Sin embargo, en el mundo del liderazgo y la gestión, esta habilidad no solo es deseable, sino esencial. En tiempos de división y discrepancia, es imperativo encontrar maneras de tender puentes, de escuchar y ser escuchados.
¿Hay alguna habilidad en el siglo XXI más importante que la capacidad de sostener una conversación coherente y segura?
Muchos hemos recibido consejos acerca de cómo conversar mejor: mirar a las personas a los ojos, ahora también mirar directamente al lente de la cámara cuando deseas conectar con las personas que están al otro lado de la videollamada. Probablemente otro consejo es “piensa en temas interesantes antes de llegar con ese cliente, colaborador o esa persona tan importante”. Otro consejo puede ser, mira fijamente y asiente para demostrar que estás prestando atención, repite lo que escuchaste o parafrasea para entrar en contexto.
Aunque son tips sencillos de seguir, de acuerdo con los expertos en conversaciones, ninguno de estos funciona para hacer fluir la comunicación.
Todos alguna vez hemos tenido grandes conversaciones, muchas de ellas marcaron un momento importante en nuestras vidas, el tipo de conversación que te hace sentir comprometido o inspirado, incluso aquellas donde sientes que hiciste una conexión real. Pudo haber sido cuando te entrevistaron para algún empleo o cuando llegaste a necesitar esa palmadita en la espalda para seguir adelante.
Vamos de lleno con las 10 reglas para tener mejores conversaciones:
No Hacer Multitasking (Evita Hacer Varias Cosas a la Vez): No solo deberías dejar a un lado tu smartphone, tablet, o lo que tengas en las manos. Mantente presente. Estate en «ese» momento. No pienses en la discusión que tuviste con tu jefe. No pienses en lo que vas a comer en la cena o cualquier circunstancia que tengas pendiente. Si deseas salir de la conversación, abandónala, pero no estés mitad presente y mitad ausente. Mindfulness es clave para mantener total atención a cada situación. Dejar de lado dispositivos y preocupaciones ajenas a la conversación asegura una atención plena, esencial para una comunicación efectiva.
No seas dogmático (Mantén la Mente Abierta): Inicia la conversación suponiendo que tienes algo que aprender. La escucha sincera exige dejar a un lado tus opiniones, si deseas un espacio para hablar sobre dogmas, la recomendación es que hagas un blog sobre tus pensamientos y busques el espacio para expresar tu religión, temas políticos, o temas polémicos. Tienes que entrar a una conversación asumiendo que tienes algo que aprender, haz el ejercicio de poner a un lado tu ego. Recuerda esto: Cada persona con la que tengas la oportunidad de conectar sabe algo que tú no. Abordar cada conversación con la disposición a aprender algo nuevo permite una escucha activa y sincera, despojándonos de prejuicios y abriendo espacio para el enriquecimiento mutuo.
Haz preguntas abiertas: Como los periodistas que abren con preguntas sobre quién, qué, cuándo, dónde, por qué o cómo. Es decir, si haces preguntas complejas, solo vas a obtener respuestas sencillas. La idea es que la persona que estés entrevistando o sosteniendo una conversación se detenga un poco y haga introspección acerca del tema; seguramente obtendrás respuestas más interesantes que un sí o un no. Emplea preguntas que inviten a la reflexión y proporcionen espacio para respuestas detalladas. Esto fomenta un diálogo profundo y significativo.
Sigue el ritmo de la conversación: No te distraigas, trata de respirar para controlar y anclar tus pensamientos al momento. A veces escuchas una palabra determinada que detona ciertos pensamientos y te ausentas. Esperas pacientemente a que el otro termine sin prestarle atención para preguntar sobre el tema que te sugirió con esa palabra o pensamiento que detonó que pierdas la atención. Lo mejor es permitir que la interacción fluya. Go with the flow, no te cierres a interponer tus ideas únicamente. Permanece atento y flexible. Dejar que la conversación fluya naturalmente facilita una interacción más rica y espontánea.
Si no sabes, admítelo: Sé prudente sobre los temas en los que aseguras ser experto y sobre lo que afirmas saber con seguridad. Peca de precavido, dale el lugar a la otra persona para que se explaye. Admitir cuando no conoces algo demuestra humildad y apertura. Es preferible ser sincero que pretender ser un experto.
No equipares tus experiencias con las de la otra persona (Evita Comparaciones Directas): Si hablan sobre la pérdida de un familiar, no empieces a hablar de la vez que perdiste un familiar. Si hablan sobre el trabajo que perdió, no hables acerca de cuánto odias tu empleo. No es lo mismo. Nunca es lo mismo. Toda experiencia es individual. Y lo más importante, no es sobre ti. No aproveches ese momento para mostrarte a ti mismo lo listo que eres bajo las mismas condiciones; se trata de ser empático. Cada experiencia es única. Escuchar sin intentar equiparar nuestras vivencias con las de los demás promueve la empatía y el respeto.
Procura no ser repetitivo (Sé Conciso): Es muy aburrido y tendemos a hacerlo mucho. Especialmente en conversaciones de trabajo o con algún familiar. Cuando tenemos una idea, la seguimos parafraseando una y otra vez. ¡No hagas eso! La repetición excesiva puede desviar la esencia de la conversación. Mantén tus puntos claros y directos.
Evita los detalles cuando no son requeridos: Francamente, la gente no está interesada en los años, los nombres, las fechas, todos esos detalles que luchas por traer a tu mente. Piensa que a lo mejor a esa persona no le puede importar. Le importas tú: cómo eres, qué te gusta, qué tienen en común. No todos los detalles son relevantes en una conversación casual. Concéntrate en compartir lo que verdaderamente importa para mantener el interés de tu interlocutor.
Escucha de VERDAD: Es muy importante que aprendas a escuchar; es una de las habilidades más importantes que puedes desarrollar. Buda dijo: «Si tu boca está abierta, no estás aprendiendo». ¿Por qué no escuchamos?, la respuesta es sencilla, preferimos hablar. Cuando hablo tengo el control, no tengo que escuchar algo en lo que no estoy interesado; eso es erróneo. Toma esfuerzo y energía prestar atención, pero si no eres capaz de escuchar, no estás en la conversación. Stephen Covey lo dijo muy bien: «Muchos de nosotros no escuchamos con la intención de entender. Escuchamos con la intención de responder». La escucha activa es fundamental. Esforzarse por entender realmente a la otra persona, en lugar de simplemente esperar tu turno para hablar, transforma completamente la calidad de la conversación.
Sé breve: La claridad y la concisión son clave. Las grandes conversaciones son aquellas en las que se comparte lo esencial, permitiendo una verdadera conexión entre los interlocutores.
Buda dijo: «Si tu boca está abierta, no estás aprendiendo»
Cuando tu trabajo depende de lo bien que hables con las personas, aprendes mucho sobre cómo tener conversaciones y que la mayoría de nosotros no conversamos muy bien. Hay que practicar.
Conclusión
Conversar es mucho más que simplemente intercambiar palabras; es una oportunidad para conectar, aprender y crecer. En el mundo actual, donde las palabras pueden perderse fácilmente en la velocidad de la información, tomarse el tiempo para hablar y escuchar con intención es más importante que nunca. Recuerda, las reglas son guías, no fórmulas infalibles. La práctica consciente y la disposición a adaptarse al momento son lo que realmente enriquecerá tus interacciones. Así que te invito a salir y aplicar estos principios; conversa, escucha y, sobre todo, prepárate para dejarte sorprender por lo que cada conversación puede ofrecerte.
Los ingredientes de una gran conversación son: honestidad, brevedad, claridad y una buena cantidad de escucha. Entonces, "Sal, habla con la gente, escucha a las personas, y lo más importante, prepárate para sorprenderte".
Me despido, no sin antes recordarte que la base de toda gran conversación radica en la honestidad, la brevedad, la claridad y, fundamentalmente, en una buena dosis de escucha activa. Hasta la próxima, soy Cuitláhuac Zurita de Headhunter-X, transformando a las personas y las organizaciones conectando líderes con líderes.
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